Durante cientos de años, desde el siglo V hasta el Concilio Vaticano II en el siglo XX, la festividad litúrgica de San Gregorio Nacianceno fue el 9 de mayo, motivo por el que todos los pueblos naciancenos, tanto los castellano-manchegos, como de otras regiones españolas, celebran sus fiestas, funciones o romerías en honor al santo en este día o el fin de semana más próximo al mismo.
El origen de la devoción a San Gregorio Nacianceno se debe principalmente a su elección por parte de los antepasados de estos pueblos como intercesor ante el Creador para proteger los campos de las posibles amenazas que pudieran perjudicar las cosechas, más aún, en un momento tan clave para el crecimiento de los cultivos como es el mes de mayo.
San Gregorio Nacianceno forma parte del conjunto de santos a los que el pueblo cristiano acudió y acude para “rogar por el campo y ante las plagas”: San Miguel, San Agustín, San Marcos, Santo Tomás de Aquino, San Gregorio Ostiense, cuya festividad también es el 9 de mayo, San Vicente Ferrer, San Isidoro mártir, San Teodoro archimandrita, San Afrates, San Francisco de Paula, San Severino, San Teodosio, San Pantaleón o San Isidro Labrador, patrón de los agricultores y del campo español.
Uno de los registros más antiguos donde figura San Gregorio Nacianceno como protector ante las plagas se encuentra en el año 885 cuando el Papa Esteban buscó la intercesión del santo y la bendición del agua rociada sobre sembrados y viñas con motivo de la plaga de langosta que invadió las Galias en esa época.
Existe una amplia documentación, entre la que destacan las “Relaciones Topográficas de Felipe II” del siglo XVI, donde se deja constancia del voto que se hizo a San Gregorio Nacianceno en múltiples villas de la geografía española ante las plagas de campo, siendo las más comunes las del gusano de la vid y la langosta.
De todas aquellas villas que guardaron devoción a San Gregorio Nacianceno en el pasado, aún la conservan en la actualidad:
Andalucía: Bedar (Almería), Pozoblanco (Córdoba), La Calahorra (Granada) y Espeluy y Pegalajar (Jaén).
Aragón: Ontiñena y Callén - Grañén (Huesca).
Madrid: Pozuelo de Alarcón (barrio de Humera).
Extremadura: Villar de Rena y Don Benito (Badajoz).
Castilla y León: Vinaderos (Ávila), Nava de Roa (Burgos), Baltanás (Palencia), Campocerrado - Martin de Yeltes y Moronta (Salamanca), Santa Eufemia del Arroyo y Villaverde de Medina (Valladolid) y Peleagonzalo (Zamora).
Castilla-La Mancha, “Ruta Gregoriana”: Fuensanta y Las Eras (Albacete), Pozoseco, Saceda del Río y Pozorrubio de Santiago (Cuenca), Arenales de San Gregorio (Ciudad Real), y Sonseca y Villacañas (Toledo).
En el año 1965, se estableció el 2 de enero como nueva fecha litúrgica de San Gregorio Nacianceno, pero el 9 de mayo al tener tantos siglos de arraigo hace que siempre sea “el día de la fiesta de San Gregorio” en estos pueblos.
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